“La teta asustada”: El trauma de una violación durante el conflicto armado interno del Perú

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Escrito por Joaquín López Matheus, miembro de la Comisión de Diálogos Humanos del Equipo de Derechos Humanos

Hace más de una década, un largometraje comenzó a estar en boca de todos los peruanos: “La teta asustada”. Estrenada el 12 de marzo del año 2009, esta película es protagonizada por la actriz peruana Magaly Solier. La trama se centra en la enfermedad ficticia cuyo nombre es el título de la película: “la teta asustada”. Esta es una enfermedad que se transmite por la leche materna de mujeres violadas durante la gestación y lactancia en la época del terrorismo. [1] Fue la primera película peruana nominada a los Premios Óscar, en la categoría a mejor película de habla no inglesa. Asimismo, fue nominada a los Premios Goya y Ariel, en las categorías a mejor película hispanoamericana y mejor película iberoamericana, respectivamente. Cabe destacar que ganó el Oso de Oro en el prestigioso Festival de Berlín.

“La teta asustada” es una película ambientada en el barrio de Manchay, en el distrito de Pachacámac, Lima. Fausta, la protagonista, padece de la extraña enfermedad llamada “la teta asustada”, la cual fue transmitida por su madre, Perpetua, a través de la leche materna, debido a que ella fue víctima de una violación sexual durante el conflicto armado interno sucedido en el Perú. Esta época ya acabó. Sin embargo, con la repentina muerte de su madre, ella se ve imposibilitada a conectar emocionalmente con las personas de su entorno, en especial con los hombres. Como otras mujeres con el mismo mal, Fausta introduce en su vagina un tubérculo, con el que espera producir rechazo en potenciales violadores, y se plantea la misión de dar sepultura al cuerpo de su madre, que guarda, como reliquia, en su propia habitación. [2]

Lo anterior refleja una mujer con terror, el cual es manifestado por Fausta a través de las canciones que ella canta alrededor de toda la película. Asimismo, explica el por qué ha tomado la decisión de introducir una papa en su vagina, que es una forma de detener a los “asquerosos”, para que ella no sea víctima de violación, protegiéndose, de esta manera, del peligro que la rodea por el hecho de ser mujer. [3] Fausta, quien busca enterrar a su madre que ya lleva fallecida desde hace algún tiempo, consigue perlas de parte de su dueña, quien le promete una perla por cada canción que Fausta cante para ella. Sin embargo, en la película se muestra el sentimiento de Fausta por haber pedido su música, sus orígenes, cuando esta escucha que sus canciones son tocadas hacia el público por su patrona. Con estas perlas ya conseguidas, Fausta lleva a su madre para ser enterrada como se debe.

De esta manera, a lo largo de la película, se evidencia que existen centenares de casos de mujeres violadas que se atrevieron a denunciar los crímenes de las que fueron víctimas, tanto por parte de Sendero Luminoso, como por los paramilitares. Estas mujeres que, en su mayoría, eran pobres, analfabetas y con mucha esperanza de que una justicia difícilmente llegará, han sido visibilizadas gracias a este largometraje. La directora del largometraje, Claudia Llosa, se basó en el libro escrito en 2004 por Kimberly Theidon “Entre prójimos, el conflicto armado interno y la política de reconciliación en el Perú, en el cual se expone que ciertas comunidades campesinas poseían la creencia de que, a través de la lactancia se podía transmitir el miedo, la rabia y la angustia de madre a hijo. Y no es para menos, ya que se conoce que un gran número de mujeres han sido violadas en el país. [4]

En síntesis, el largometraje “La teta asustada” ha logrado exponer a muchas personas del Perú y del mundo la historia de Fausta, quien desde niña adquirió miedo a la violencia sexual que la generación de su madre sufrió durante el conflicto armado interno en el Perú, cuando las mujeres eran violadas como forma de represión. [5] Estas mujeres, sobre todo las que solían vivir en la sierra del país, eran utilizadas en este contexto para mandar un mensaje de dominio a través de la violación como arma de violencia machista institucional. En conclusión, por todo lo mencionado, toda mujer que haya sido víctima de violencia de género debería superar los traumas que estas la afectaron, así como la vida de Fausta se ve mejorada al finalizar la película: liberada de sus miedos y mirando a una papa plantada, en una pequeña maceta.

Bibliografía:

[1] Perú 21. (2009, 16 de febrero). Adelanta su estreno en Perú.

http://e.peru21.pe/102/impresa/pdf/2009/02/16/221374.pdf

[2] El Espectador Imaginario. (2010, marzo). Un sendero femenino: La teta asustada.

http://www.elespectadorimaginario.com/pages/marzo-2010/criticas/la-teta-asustada.php

[3] Sociedad Peruana de Psicoanálisis. (2010). Comentarios sobre la película: La teta asustada.

Comentarios sobre la película: La teta asustada

[4] Bernales, Enrique y Gómez, Leila. (2017). Trauma y aislamiento en La teta asustada de Claudia Llosa. Iberoamericana, XVII, 65, 93-106. https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwjisby1sLr3AhWbBbkGHfSVA1IQFnoECEcQAQ&url=https%3A%2F%2Fjournals.iai.spk-berlin.de%2Findex.php%2Fiberoamericana%2Farticle%2Fdownload%2F2378%2F1947%2F&usg=AOvVaw1IiU7m8NVsHIWn_aJSn1wy

[5] Puedes decir no. (2018). Películas para reflexionar sobre la violencia contra las mujeres.

https://puedesdecirno.org/actualidad/peliculas-para-reflexionar-sobre-la-violencia-contra-las-mujeres/

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